miércoles, 14 de octubre de 2009

ASI COMENZO EL CLASICO DEL RUGBY ARGENTINO

Se había jugado la mitad del campeonato de 1935, y el Club Atlético de San Isidro conservaba el liderazgo, acechado por Gimnasia y Esgrima. El bicampeón local –en 1930 logró el récord de 13 coronaciones encadenadas–, ocupaba la cima con 19 unidades, dos más que el conjunto de Palermo. Hasta que llegó el domingo 14 de julio, por la 12a fecha, el Atlético recibió en su cancha al duro Gimnasia. El choque era clave para conservar el primer lugar. Pero los visitantes actuaron en gran forma y vencieron por 9 a 3. Con esa victoria, ambos equipos quedaron en los más alto de las posiciones, con 19 puntos. Detrás se ubicaban Olivos, Belgrano e Hindú con 13, la formacion del CASI fue: Roberto de Abelleyra (capitán); Roberto Green, Emilio Cilley, Carlos Vidal Molina y Juan Lavenás; S. Schmitt y Adolfo Guido Lavalle; Arturo Rodríguez Jurado, E. Groteschi y Ernesto Cilley; Carlos Zocchi y Luis Chiappe; Jorge Stewart, Alasdair Stewart y Horacio Savino. Luego del encuentro se realizó en el salón Cullen el tradicional tercer tiempo, en el cual no participó ninguna mujer –como era costumbre– y sólo se quedaron once jugadores de las distintas divisiones del club, dos hombres de Gimnasia, un integrante de la Unión de Rugby del Río de La Plata –tal el nombre de la UAR por entonces– y el capitán general del CUBA, Harald "El Mono" Maurer. Cerca de las 21.30, a uno de los comensales se le volcó una copa de vino sobre el pantalón. Para no seguir comiendo en esas condiciones, se quitó la prenda. Acto seguido, Jorge "El Francés" Conrad, uno de los integrantes del primer equipo sanisidrense, propuso solidarizarse recordando su nación de origen. Como ese día era el aniversario de la Toma de la Bastilla, Conrad habría expresado: "Nosotros somos como los sansculottes...", en referencia al influyente grupo revolucionario de 1789, y también se quedó en calzoncillos. Varios de sus compañeros lo siguieron, y todos continuaron sentados a la mesa. Esta escena fue observada por un socio ajeno al rugby (Marcelo Tomé), que le informó a la comisión directiva lo que había visto. El martes 16 por la noche, se reunió la CD del CASI y tomó la siguiente resolución: 1) ) La suspensión de los jugadores de San Isidro concurrentes a la comida por el término de uno y dos años. 2) Enviar una nota a Gimnasia, a la Unión de Rugby y a CUBA, comunicándoles la asistencia de los invitados especiales a ese encuentro. Los Jugadores suspendidos fueron: Rodríguez, J. Lavenás, Alfredo y Jorge Stewart, Jorge Cilley, Basil Mahjoubian, Alfredo Stewart, Juan Harrington, Felix y Juan C. Lonné y Horacio Castro Videla. En solidaridad varios referentes como Luis Cilley y varios capitanes, uno era Abelleyra (primera división) renunciaron. Una comitiva compuesta por los ex jugadores Roberto Madero, José M. de la Barrera, Vicente Ortuño González, Irineo Zocca y Oscar Meana buscó llegar a una conciliación, esto no prospero, unas semanas mas tarde el CASI formado por rugbiers de la tercera división B, jugo con Lomas, y el CASI cayó por 5 a 3. Mientras duraba la pulseada entre las partes, los jugadores "apartados" organizaron encuentros amistosos, pero como el club los había eliminado de los registros en la Unión, a la formación la llamaron Abelleyra XV ("Los Quince de Abelleyra"), y usaron una camiseta sin ningún tipo de identificación con el CASI. Cuando se cumplieron cinco meses exactos de aquel tercer tiempo tras la derrota ante Gimnasia, cobró vida la nueva entidad social-deportiva: el San Isidro Club. En 1939 se adquirió parte del terreno actual, que tenía dos zanjas: una sobre la periferia de la calle Blanco Encalada y otra que partía el predio en dos –donde ahora está construido el edificio–. De ahí, el mote de Zanjeros. Lo que hoy es la cancha N° 1, se lo compraron con el transcurso de los años a un hombre que tenía allí una huerta. El SIC en su primer año gano varios torneos por invitacion en diversasa categorias, dos años mas tarde . en 1938, le gano al CASI 3 a 0, ya de pleno el SIC celebró las conquistas de los torneos de 1939 y 1941 en cambio a la Academia le costó cerca de una década recomponerse del éxodo de jugadores. Nueve años después de la ruptura, en 1943, la primera división volvió a dar la vuelta olímpica.

Fuente: Site del SIV

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